Muy buenas, amigos. Una vez más, el grandioso Tico Medina tiene el detalle de dedicarme unas líneas en su perol. Todo un honor FUE salir, y un LUJO es repetir. Estoy muy agradecida al ilustre Tico Medina. A mí me llena de emoción. Aquí dejaré su artículo de hoy, que además, deseo destacar su título: "EL PATIOTA". Amigos, por favor, un "¡olé! y un ¡brabo!" por Tico Medina.
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TICO MEDINA 06/05/2012
Si al que a su patria ama, la defiende, la exhibe, de ella se honra y la
dignifica, es un patriota; al que hace lo mismo con su patio se debe llamar, con
permiso de esa excelentísima academia, un patiota . Aunque no esté en
el diccionario, todavía. Porque un patio es una patria, porque en él se vive, se
respira, se convive, se sobrevive incluso, se nace, se crece y hasta se dice
adiós, y porque de él se presume, es una causa común en la casa común, es lo que
te hace más grande en lo pequeño, y te hace más pequeño aún en la inmensidad de
un grande, por chico que sea el corazón de la casa.
Y yo no me quiero ir de este mundo (aunque a veces estoy de acuerdo con aquel
grafiti: "que pare el mundo que me apeo") sin un patio que vivir, siquiera los
últimos días de mi vida, eso sí, soy el primer granadino que cuando busca una
casa para volver, no para vivir, pregunta siempre: "¿y tiene patio?" De ahí que
en este tiempo de los patios de Córdoba, porque puede haber muchos patios, pero
de Córdoba es otra cosa, porque es una forma de ser y de estar, de ahí que
insista en que los patios cordobeses son noticia en todos los medios, más que en
España, fuera de España.
Dicho lo cual paso a reseñar lo que mi patio de papel
trae esta semana en diferentes colores, olores, sabores, latas, macetas... Me
invita la alcaldesa de Ronda, a la que tengo el gusto de conocer, al
nombramiento, por todo lo alto, de Curro Lucena, que como saben
ustedes es cordobés, y de los buenos, como Hijo Adoptivo de la ciudad del Tajo
en "base a sus muchos méritos". Lo que hago público para general
conocimiento.
Como debo comunicarles que acabo de recibir, gracias
por la dedicatoria, el hermoso libro de María del Pino, nuestra
jovencísima escritora, Don Fernando , que me voy a leer este fin de
semana que viajo hacia nuestro sur, y que ya les recomiendo, aunque no lo haya
leído todavía, porque sé que me habrá de gustar y mucho. Me tiene ya muy bien
acostumbrado.
A la par que les aviso de los dos libros que vienen
de nuestro don Julio Merino, capitán de la columna, al que leo
y hasta recorto todos los días, reportero ahora de la historia de Córdoba, sin
tregua, con rigor, y sin descanso. No pierdo la esperanza de encontrármelo
cuerpo a cuerpo, desde ya, y en la Judería cordobesa, a ser posible.
A veces acudo a la memoria, por que la memoria
también es mi patria, lo que viví, para contar y para callar. Mayo de Córdoba.
Carmen Sevilla está perdiendo el ayer. ¡Que no se olvide de
Córdoba, en la que le ocurrieron tantas cosas, según me dijo tantas veces! Y
Ana Torroja, con su punto de misterio, que se ha venido
encantada de Córdoba, y que me trae siempre a la cabeza, y al corazón, al patio
mayor de lo que se fue, aquella reunión de voces inolvidables... cómo pasa el
tiempo.
Y a propósito, felicidades, compadre Manuel
Benítez por tus setenta y pocos años, que parece que tienes
17.
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Gracias, de todo corazón al ilustre Tico Medina.
Gracias, al siempre atento diario Córdoba.
Gracias, aprovecho para decir, a Julio Merino.
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Por María del Pino.