Soledad
La
soledad me lleva a encontrarme con mi yo interior, a encontrar mi
alma. Tiendo a ser una persona solitaria y, por ello, tiendo a decir a menudo “bendita soledad”. Bendita soledad que solo es traicionera cuando
uno no la busca. Y maldita compañía que me atosiga con su maldad
para, luego, dejarme meditando en mitad de una soledad no deseada...
Castigo
divino es enamorarse de alguien que no te quiere, que solo juega
contigo, dañando tu espíritu, manchando tu dignidad...
En
este vacío puedo meditar, pensar y recordar. Recordar esos labios
silenciosos que derrochan una sonrisa diabólica en un cuerpo de
ángel poseído por la más bella de las Diosas. Cuerpo que no desea
otra cosa que sucumba, una y otra vez, al pecado virginal de mi
inocencia que solo te busca amar. Malditas sean tus manos infectadas
por el clamor de otros muchos. Sé que solo anhelan galopar por mi
piel para después, tras brindarme su efímera compañía, dejarme
abandonado una vez más en esta terrible soledad...
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Por María del Pino.
Por María del Pino.
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