El ladrón de almas

El ladrón de almas

martes, 26 de julio de 2011

“El encantador de abejas”, de Ramón Cerdá, por María del Pino:

         "Nunca pensé en mi vida poder
        leer algo así. SORPRENDENTE"

      Hoy os hablaré sobre el libro que me he leído recientemente: “el encantador de abejas” (2010), de Ramón Cerdá (Ontinyent, Valencia, 1964).
     Escribió su primera novela a los 18 años a la par de algunos relatos cortos. Desde 1990 escribe ensayos a sus clientes de la asesoría, pero es en el 2000 cuando al fin retomó su afición novelesca gracias al apoyo de su esposa.

     Comentando algo sobre él, como escritor, puedo decir que es sorprendente. A mi entender y saber, toca diversos temas literarios: novela negra, paranormal, erótica... Y aún sé (y pienso) que descubriré más. Creo que es muy correcto en su lenguaje y que se expresa muy bien, como todo un GRAN escritor que es.
     Ha escrito varias obras de ensayo, manuales de autoayuda (entre ellos “Quiero ser novelista”, el cual me resultó ameno y agradable. Eso sin contar que de éste ha realizado un proyecto de promoción en su campaña de fomento para los peques de la casa), relatos cortos y varias novelas. Mentando este género literario, hablaré en especial sobre una de su trilogía, la cual consta de: “la habitación de las mariposas”, “el fantasma de los sueños” y “el encantador de abejas”. Esta última es el centro de este comentario, análisis, reseña, o como cada cual guste llamarle.

     Respecto a él, como persona, puedo garantizar a todo el mundo, que por lo que lo conozco (que tampoco es que sea mucho, pero sé que irá a más), es una gran persona que se presta. Al menos, a mí me ha ayudado con sus grandes comentarios y sabiduría.


     Antes de emprender la charla sobre la obra de nuestro autor, Ramón, quería comentar primero, que aunque he escrito recientemente una novela que espero ver publicada (Artemis. El Origen del Mal) que algunos posiblemente cataloguen un poco negra, nunca antes había leído algo tan escalofriante y oscuro como “el encantador de abejas”. Yo, sinceramente, veo algo que me asuste, o me de asco, y cierro el libro. Así de claro. Ya puede ser lo mejor redactado del mundo. Por eso, pido atención a mis palabras:

Ramón Cerdá me ha sorprendido con su imaginación sanguinaria y cruel. Las escenas son impactantes y pueden revolver el estómago del Lector si posee gran imaginación, pero aún así, yo no cerré el libro y llegué al Final, cuyo desenlace, me dejó impactada por no esperármelo de esa manera”.

     Aunque destaque estas palabras como posible titular de un algo, explicaré lo que quiero expresar.
     El escritor nos adentra en una novela cuyo personaje principal, según mi punto de vista, son todos y ninguno al mismo tiempo, ya que todos a la vez tienen una conexión que ya explica la narración. Eso es interesante. Además, su imaginación nos deleita con todo un escenario sangriento en el que hay que tener agallas para continuar. Principalmente, la curiosidad y el misterio, juntado con esas agallas de las que he hablado sobre ponerte aprueba para saber si eres capaz de imaginar una escena así, te hacen leer páginas y más páginas sin tener noción del tiempo. Del final, solo decir que no lo esperas y que me alegra, y satisface mucho interiormente, el que le ha dado a unos personajes por los cuales me desvivía pensando en su porvenir, porque ahora, hablando de ellos, he de decir, que María y Consuelo han sido mis favoritos, con los que más me he vinculado emocionalmente.

     Ramón nos enseña la crueldad de un algo en el paso del tiempo y nos hace la pregunta de: "¿Qué relación puede haber entre un centurión romano a punto de jubilarse, Jack el Destripador y un anodino empleado de correos del siglo XXI?". Eso sin contar la relción de la virgen María en todo esto, o la de un loco muchacho al volante de un Triumph.


Felicidades, Ramón.
Recomiendo esta novela a aquél/la que crea atreverse con ella ;) Si yo lo hice, todos podéis.