El ladrón de almas

El ladrón de almas

miércoles, 23 de noviembre de 2011

La Vida y la Noria, de María del Pino.

La Vida y la Noria:

          ¿Cuántas veces pasaremos por el mismo sitio y todo seguirá igual? Quizás sólo la gente cambia. Sin embargo, algunos sí siguen ahí, quietos, mirándonos girar toda la vida, sin saber si algo nos marea en el transcurso o no. El vértigo acompaña cada vez que subes, para luego, siempre, volver a bajar.
Subir y bajar. Emociones que vienen y van.
          Cada vuelta es igual, pero también diferente. Por más que lo intentas, solamente hay un sentido. Tienes unas vueltas predestinadas y el viaje cuesta lo suyo. Puedes ir solo o acompañado, según elijas o elijan por ti. La compañía puede ser grata o amargarte durante todo el viaje, por lo que hay que escoger bien.
          A veces las vueltas te marean, otras te hacen reír a causa de las cosquillas.

        Cuando tú subes, otros han bajado ya y, mientras giras, otros bajarán de ella. Puedes ser feliz en tu Noria o no, pero lo mismo que subes, piensa que algún día tienes que bajar. Y es justo unos instantes  antes de ello, cuando te percatas de si tu viaje ha merecido la pena o no, si lo has disfrutado o has hecho en él lo que querías.
          Por eso, mezclando realidad y metáfora, pienso que hay que aprovechar la vida al máximo y recordar que algún día se ha de bajar de la Noria, y... que a ésta no se puede volver a subir.
Kanrancha de Yokohama, Japón.
         El precio fue alto, pues, aunque fue hecho con amor, lo pagó en su vientre una buena mujer que espera montar al fruto de su ser en una nueva, feliz y resistente Noria.
          Como no se sabe cuántas vueltas más se podrán dar -es decir, cuántos años uno vivirá-,  hay que aprovechar cada una de ellas. Elige buena compañía y vive cada instante.
CARPE DIEM siendo feliz y amando cada vuelta con mimo.

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Por María del Pino.