La vieja leyenda cuenta que la vieron correr por aquellos parajes sin sendero hasta perderse entre la fina línea del horizonte una fría noche. Algunos aún afirman que deambula los días de lluvia y niebla. Dicen que su espíritu, desquiciado por el amor que le arrebataron y el hijo que le arrancaron, vaga eternamente por la colina buscando la libertad que le quitaron, el amor que en la guerra le asesinaron y el fruto de su vientre que a la señora, por ser el único hijo de su difunto esposo, le regalaron.
La vieja leyenda sostiene que una pobre alma en pena erra por aquellos lares, desorientada sin saber que, vaya adonde vaya, no va a encontrar nada...
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Por María del Pino.
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Por María del Pino.
