El ladrón de almas

El ladrón de almas

martes, 26 de marzo de 2013

Relato: "Lo que ya no podré decirte", de María del Pino.



     Llueve sin pausa, despacio y lejano como un susurro. Las gotas del cielo parecen cantar, en coro, una canción al dolor.
     Dicen que llueve en la calle, que se inundan las aceras. El agua crece en el pueblo, entrando en las casas, destruyendo sus muebles... Es triste, lo sé. Pero más triste es que no sepas lo que pasó. Pese a que crean entender mi pesar, nadie conoce a fondo las lágrimas que mi corazón derrama por lo sucedido.
     El clima se vuelve mucho más fiero. Se subleva, con coraje y aparente personalidad, ante los esfuerzos  que el hombre pone para proteger sus hogares. Arrecia el viento, golpeando de repente mi ajada persiana. El tiempo ha enfurecido, pero eso me importa poco. La lluvia no es la que provoca en mí esta opresión. Es la soledad causada por tu partida. Es la angustia que desborda mi corazón al verte en otros brazos.
     Todos corren hacia sus hogares mientras yo salgo de él, en bata blanca y sin calzado. La lluvia moja mi pelo hasta empaparlo. Mis lágrimas se deciden por sí solas a salir, mezclando la amargura del cielo con la de mi alma. Los vecinos me observan con pena desde las ventanas de sus hogares. Todos recuerdan el daño que me hiciste al marcharte de casa. Daño interno que provocó mi caída por las escaleras a causa de un desmayo.
     Ahora, con mi alma quebrantada y aturdida, lloro las dos pérdidas más importantes de mi vida. Dos porque, aunque nunca lo sepas, ya no podré decirte que ibas a ser papá...


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Por María del Pino.