El ladrón de almas

El ladrón de almas

martes, 20 de noviembre de 2012

Musical de La Bella y la Bestia: opinión personal.


________________________________



          La magia Disney se desplazó a Córdoba no hace mucho. Por fortuna, yo tuve la oportunidad de acudir ilusionada, cual niña en plena infancia, a verlo gracias a una estupenda invitación.
Mitad de la cola hacia delante...
Miedo daba mirar hacia atrás.
        Con 14 actuaciones, abarrotadas según cuentan las sorprendidas masas cordobesas (y según la fotografía que muestro a la derecha), los actores y el equipo del musical "La Bella y la Bestia" hicieron que los habitantes de la ciudad califal se sumergieran en los típicos polvos de hadas Disney, como si "Campanilla" se hubiera escapado de "Peter Pan" y se hubiese colado en la sala de sus compañeros para espolvorearnos a todos con un poco de amor, infancia, ternura y risa. Entrañable.
         El musical ya abandonó la ciudad, dejándola encantada, prendida en sueños e ilusiones. Más de un adulto, que entró acompañando a sus hijos para enseñarles dicho encanto, salió convertido en niño. Unos recordaron su infancia. Otros, la revivimos con todo lujo de detalles.
         Desde el prólogo del primer acto hasta el final, el público vio brillar las estrellas. Todo estuvo realmente conseguido. El equipo de maquillaje, peluquería, vestuario, sonido, música, luces, producción, escenario y un largo etc, hicieron un trabajo sensacional. Trabajo que hace, e hizo, que los actores se lucren y den lo mejor de ellos mismos.
En el centro, Daniel Diges (Gastón)
         Cabe resaltar por mi parte que todos lo hicieron estupendamente bien. La voz, el baile, los movimientos... Todo.
         Sin embargo, yo llevaba mis expectativas más altas puestas sobre Daniel Diges. Y... ¿cómo no? Se salió de ellas. Las desbordó con creces. No sabía cómo podría hacer de Gastón. Me lo preguntaba a menudo. Si es un hombre de cara simpática, risueño y divertido... ¿cómo podrá transformarse en un hombre egoísta, creído, arrogante y déspota? ¡Pues reto conseguido! Lo hizo que mejor ni hablar. Y, además, con toques de humor. Reconozco que su voz fue lo único que no me sorprendió ya que éste, todos los lunes, me maravilla en el programa "Tu cara me suena".
          El actor que me impresionó bastante y que no me esperaba (ya que uno siempre se espera que Bella y Bestia lo hagan mejor que ninguno) es Diego Rodríguez (Lumiere). Pese a que han cambiado un poco su actitud con respecto a la señorita Babette, Marta Capel (y a esta por completo si la comparamos con la película Disney), me ha dejado sin palabras. Su indumentaria, su actuación y su sonrisa me han noqueado los sentidos. Su representación, junto a la de Din Don (Frank Capdet) han sido de mis favoritas.
         Eso sí, aunque esas que he mencionado han sido las más brillantes desde mi corto entendimiento sobre los musicales,  no quiero decir que las demás no hayan sido impecables porque Bella (Talia del Val), cantando, me ha emocionado. Sobre todo en "no importa qué", cantada con Enrique R. del Portal (Maurice, su padre).
          La escena 9, cantada e interpretada en solitario por el protagonista, Ignasi Vidal (Bestia), se trata de un cierre perfecto de primer acto. Sobre todo al final de la canción, donde su voz y el juego de luces crean escalofríos. Eso sin mentar su entrada en escena del prólogo. Una de las cosas más impactantes.

Bella y Bestia.

         Los amantes de Disney ya conocemos los momentos más emotivos, así que no he de refrescar nada. Simplemente decir que lo han bordado en algunos casos. La famosa escena de "QUÉ FESTÍN" ha sido asombrosa, exultante e impresionante. Han hecho que la magia tocase al público de lleno. Sobre todo, al de butacas. Ahí es cuando digo que nos han lanzado su polvo mágico. El salero (Alex González) y la pimienta (Gabriel Vera) han sido dos de los partícipes de esta maravilla, al igual que los demás bailarines. Es una de las imágenes que jamás podrá olvidar aquél que lo haya vivido.
         En general, merece la pena. Es algo único y mágico. Un sueño llevado a cabo por personas. Una actuación magnánime y sublime.
        Al que pueda tener la oportunidad de ir, le animo a ello porque es una de las cosas que perduran en la mente mientras se viva.
        No puedo finalizar este post sin destacar al hombre felpudo, Ernesto Pigueiras. Verlo es algo increíble y maravilloso. Un acróbata profesional en toda regla.



        Asistir y vivir con ellos esos mágicos momentos, sentimentalmente hablando, no tiene precio.


Gracias al MUSICAL por habernos 
hecho vivir algo tan mágico y tierno.

____________
Por María del Pino, escritora.